Suelen darse secundariamente a un evento traumático importante, generalmente una caída, como ocurre en las luxaciones del codo y muñeca; o a traumatismos directos con un objeto o contacto con otra persona, como en el caso de las luxaciones de las articulaciones interfalángicas de los dedos de manos y pies, por mencionar algunas. En otros casos, un movimiento forzado con apertura del brazo o abducción suele ser el mecanismo más frecuente en luxaciones anteriores del hombro, que suelen verse de forma habitual en deportes de contacto con balón, como el fútbol o el baloncesto, o sin él, como la lucha o el judo. Las rotaciones sobre el pie fijo son a menudo el mecanismo de luxaciones de la rótula o de las luxaciones de tobillo. En estas últimas coexisten casi siempre con una fractura de peroné, tibia o ambos.
Varios son los síntomas que indican a la persona afectada que ha podido sufrir una luxación. Entre las señales de alarma que pueden hacer sospechar de su aparición se encuentra el antecedente traumático; un dolor importante; la imposibilidad de movilizar la articulación afectada y, en muchos casos, la inflamación y deformidad evidente. Ante esta situación es fundamental ser evaluado por un servicio de urgencias, calmar el dolor, inmovilizar lo mejor posible y realizar radiografías al menos en dos planos. Una vez confirmado el diagnóstico es momento de iniciar el tratamiento.
Para ello se debe proceder a la reducción (recolocación) de las superficies articulares luxadas lo antes posible para minimizar la posibilidad de daño permanente en los cartílagos articulares, lo que podría conducir a una artrosis o pérdida progresiva del cartílago articular. Según el caso es necesaria la utilización de alguna forma de anestesia o sedación para realizarlo. Posteriormente será preciso en la mayoría de los casos un período de reposo para comenzar posteriormente una etapa de rehabilitación para recuperar la movilidad de forma segura. No obstante, en algunas ocasiones se puede precisar de cirugía de persistir la inestabilidad articular con la aparición de nuevas luxaciones o subluxaciones.