Inestabilidad Glenohumeral

La articulación glenohumeral alcanza un grado de movilidad mayor que cualquier articulación del cuerpo humano. Esto trae como consecuencia que en determinadas circunstancias se pueda presentar cuadros de inestabilidad, es decir, bajo cargas fisiológicas se pierde de manera total (luxación) o parcial (subluxación), el contacto normal entre las dos superficies articulares.

Pueden ser de origen traumático producto de un importante traumatismo que ocasiona una luxación o subluxación o bien no traumáticas, como consecuencia de esfuerzos repetitivos que tensionan la capsula y ligamentos estabilizadores que llevan a su estiramiento progresivo permitiendo un desplazamiento mayor de la cabeza humeral sobre la glena (deportes de lanzamiento, raquetas, natación, lucha, etc.).

Los pacientes más jóvenes, hasta los 30 años, tienden a las recaídas o luxaciones recidivantes en un porcentaje más elevado que los pacientes mayores, debido al sitio de lesión de los ligamentos

Los pacientes de más edad presentan generalmente roturas en la sustancia de la cápsula articular y ligamentos, teniendo más posibilidad de cicatrización, siendo menos frecuentes las luxaciones a repetición, aunque tienen más posibilidad de lesiones asociadas como roturas del mango o rotador.

El diagnóstico se realiza mediante el interrogatorio, antecedentes traumáticos, tipo de actividad y un examen físico minucioso, así como radiografías, resonancia magnética y la tomografía computarizada (si se sospecha de defectos óseos) 

 

Un programa de rehabilitación adecuado que restablezca la fuerza muscular y la sincronización del movimiento entre las articulaciones glenohumeral y escapulotorácica puede dar buenos resultados en algunos casos, otros pueden necesitar de una cirugía.

En cualquiera de sus presentaciones la inestabilidad de hombro puede generar un grado importante de discapacidad, pero su valoración y tratamiento pueden mejorar la situación del paciente en un porcentaje elevado de casos.